6.2 historia de españa
España siglo XIX
La independencia de la Corona, su neutralidad política y su voluntad de acoger y conciliar las distintas posiciones ideológicas le permiten contribuir a la estabilidad de nuestro sistema político, facilitando el equilibrio con los demás órganos constitucionales y territoriales, promoviendo el funcionamiento ordenado del Estado y siendo cauce de cohesión entre los españoles.Su Majestad el Rey Felipe VIMadrid, 19.6.2014
Convenios con la Administración CentralLa Casa de Su Majestad el Rey ha firmado tres convenios con la Administración General del Estado (Intervención General del Estado, Secretaría de Estado de Comercio y Abogacía del Estado) Ver másLD:22:54:45
Funciones del Jefe del EstadoEl Rey, como Jefe del Estado, simboliza la unidad y permanencia del Estado. Desempeña un papel arbitral y moderador en el funcionamiento regular de sus instituciones y asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales.LD:22:54:45
Discursos"... proyectáis sobre nosotros, sobre los más jóvenes, la certeza de que también tenemos mucho que aportar, que podemos ser importantes y mostrarnos responsables para tratar de pensar en un futuro más sostenible, más justo, mejor para todos . .. "Palabras de S.A.R. la Princesa de Asturias con ocasión de los Premios Princesa de Asturias 2021Teatro Campoamor. Oviedo, 22.10.2021S.A.R. la Princesa de Asturias
España wiki
El legado colonial de Sudamérica configuró su primitivo paisaje cultural. Los pueblos indígenas, con sus imperios y grupos locales, no fueron rivales para los invasores ibéricos que trajeron el colonialismo europeo al continente. Sudamérica fue colonizada exclusivamente por dos potencias ibéricas centrales: España colonizó la parte occidental de Sudamérica y Portugal la costa oriental del actual Brasil. La única región que no fue colonizada por esas dos potencias fue la pequeña región de las Guayanas, colonizada por Gran Bretaña, los Países Bajos y Francia.
La agricultura de plantación introducida por los europeos provocó una gran demanda de mano de obra. Cuando las poblaciones locales no pudieron satisfacer la demanda de mano de obra, millones de trabajadores africanos fueron traídos a través del comercio de esclavos. Estos esclavos africanos introdujeron sus costumbres y tradiciones únicas, alterando la cultura y la demografía del hemisferio occidental. La población indígena amerindia actual, una fracción de lo que era antes de la llegada de los europeos, constituye sólo un pequeño porcentaje de la población total de Sudamérica. En general, los colonizadores europeos se hicieron con las mejores tierras y controlaron el comercio económico de la región. La aculturación en Sudamérica está directamente relacionada con la experiencia colonial europea.
Guerra civil española
La historia de España se remonta al contacto que los pueblos prerromanos de la costa mediterránea de la Península Ibérica establecieron con griegos y fenicios y en el que se desarrollaron los primeros sistemas de escritura conocidos como escrituras paleohispánicas. Durante la Antigüedad clásica, la península fue escenario de múltiples colonizaciones sucesivas de griegos, cartagineses y romanos. Los pueblos nativos de la península, como los tartessos, se mezclaron con los colonizadores para crear una cultura ibérica única. Los romanos llamaban Hispania a toda la Península, de donde procede el nombre moderno de España. La región se dividió, en varias épocas, en diferentes provincias romanas. Al igual que el resto del Imperio Romano de Occidente, España sufrió numerosas invasiones de tribus germánicas durante los siglos IV y V d.C., lo que provocó la pérdida del dominio romano y el establecimiento de reinos germánicos, sobre todo visigodos y suevos, que marcaron el comienzo de la Edad Media en España.
El periodo moderno temprano se suele datar a partir de la unión de las Coronas de Castilla y Aragón bajo los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón en 1469. Esto marcó lo que historiográficamente se considera la fundación de la España unificada, aunque técnicamente Castilla y Aragón siguieron manteniendo instituciones independientes durante varios siglos. La conquista de Granada y el primer viaje de Colón, ambos en 1492, hicieron de ese año un punto de inflexión crítico en la historia de España. La victoria sobre Granada marcó el final oficial de la Reconquista, ya que era el último reino gobernado por musulmanes en Iberia, y los viajes de los diversos exploradores y conquistadores de España durante las décadas posteriores ayudaron a establecer un imperio colonial español que se encontraba entre los más grandes que el mundo había visto jamás. El rey Carlos I, nieto de Fernando e Isabel a través de su hija Juana, estableció la dinastía española de los Habsburgo. Bajo el reinado de su hijo Felipe II de España floreció el Siglo de Oro español, el Imperio español alcanzó su apogeo territorial y económico, y su palacio de El Escorial se convirtió en el centro del florecimiento artístico. Sin embargo, el reinado de Felipe también fue testigo de la calamitosa destrucción de la Armada española, unida a una mala gestión financiera que condujo a numerosas bancarrotas estatales y a la independencia de los Países Bajos del Norte, lo que marcó el inicio del lento declive de la influencia española en Europa.
España de los Habsburgo
(13 de octubre, 2014) Los países de la región deberían invertir anualmente el 6,2% de su Producto Interno Bruto (PIB) -unos 320 mil millones de dólares- para satisfacer sus demandas de infraestructura en el período 2012-2020, según nuevas estimaciones publicadas hoy por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En el informe, la CEPAL da a conocer la Base de Datos de la Inversión en Infraestructura Económica en América Latina y el Caribe 1980-2012 (BDII-ALC), que recoge y sistematiza cifras por país y origen de la inversión (pública o privada) y actualiza los requerimientos anuales de inversión en cuatro sectores principales de la infraestructura económica (transporte, energía, telecomunicaciones, y agua y saneamiento) para responder a las necesidades que surgirán de las empresas y usuarios finales de la región en ese mismo período.
La cifra del 6,2% del PIB procede de aplicar la trayectoria de inversión a las necesidades de infraestructura previstas, y supone que se repetirá el patrón histórico de inversiones de los países. Como tal, es una aproximación y no una recomendación estricta, indica el documento.